Policías contra invasores: pobres contra pobres y el rico feliz

23 julio 2021
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Tulum. -De 19 propietarios de los terrenos de la avenida Satélite de Tulum, 2 de ellos lograron recuperar ante los tribunales casi media cuadra. Violete Khouri Armench y Manuel Figueroa Pasto contrataron los mejores abogados. Compraron los terrenos al Instituto del Patrimonio del Estado (IPAE) cuando Roberto Borge decidió hacer sus ‘pachochas’ y vendió el patrimonio del Estado y repartió además a sus amigos y políticos. Entre esos 17 propietarios se encuentra el magistrado borgista Fidel Villanueva Rivero con su prestanombre, claro, al igual que los otros.
Violete Khouri y Manuel Figueroa no queda claro si son presta nombres o segundos compradores.
Pero un juez selló el destino de las 20 familias invasoras cuyas endebles casas (no han construido con material de blok y cemento por lo incierto del lugar) fueron echadas abajo con maquinaria.

Entre láminas, tablas de madera y sin energía eléctrica tendrán que pasar la noche, en vela, familias afectadas por el desalojo suscitado en la zona de invasión de Tulum, ubicada en la prolongación avenida Satélite.
Un autobús transporta a 40 policías algunos con pedradas en la cabeza, sin que los propietarios o el juez les regale un paracetamol siquiera para el dolor.
Es el juego de los ricos y los pobres como sus títeres enfrentados.

Luego de los hechos acontecidos el día de hoy, las familias regresaron a sus hogares con un sentimiento de incertidumbre por lo que vaya a acontecer con su situación e impotencia de ver sus moradas destruidas.

El origen de los disturbios radica en el operativo implementado por la Fiscalía General del Estado para desalojar a los habitantes de una colonia irregular asentada en un predio de 140 lotes, equivalente a una manzana

Cerca de las 11 de la mañana arribaron al lugar elementos de la FGE acompañados de la Policía de Quintana Roo y
maquinarias pesadas, procedieron a notificar a los vecinos del inminente desalojo del que serían objeto. De forma pacífica solicitaron a las personas salirse de sus domicilios con sus pertenencias

Los habitantes asombrados pidieron a los agentes la orden judicial para proceder. Los fiscales hicieron lo propio pero, a pesar de presentar el documento, los ciudadanos opusieron resistencia por defender su patrimonio, ya que el «documento no parecía ser legal, pues estaba sucio y arrugado», argumentaron.

Ante la negación, los policías procedieron a irrumpir en los domicilios a la fuerza para sacar las pertenencias a la calle. Roperos, refrigerados, colchones, ropa, juguetes, entre otros artículos quedaron tirados en la calle.

Las maquinarias encendieron motores, y sin deberla ni temerla, se dejaron ir encima de las pequeñas construcciones de triplay, derrumbando las chozas que durante años habían construido las personas.

Niños, niñas y amas de casa lloraban al ver caer sus viviendas, no podían hacer mucho por defenderlas. Los hombres, en cambio, intentaron oponerse pero no pudieron hacer mucho, ya que los policías estaban armados.

En ese momento, las piedras empezaron a volar por los aires entre ambas partes. Los ciudadanos intentaban defender sus casas y los policías solo cumplía con su deber.

20 casas fueron demolidas, aún con la resistencia demostrada, no pudieron evitar el ataque. 20 familias tendrán que dormir a la luz de la luna pues se han quedado sin su techo.

A pesar de su lamentable situación, los habitantes se aferran a su «patrimonio» y no están dispuestos a irse después de tantos años viviendo en ese lugar.

«No es justo lo que nos han hecho, entraron como sicarios a sacarnos de nuestras casitas», afirmó una mujer afectada.

Hoy las personas agraviadas piden al gobierno ser indemnizadas por los destrozos ocasionados en sus domicilios, se definen como «personas trabajadoras y humildes, y no tenemos dinero para reconstruir lo que nos destruyeron».

Bloquear la carretera como medida de presión

Un grupo de cerca de 100 invasores bloquearon hoy la entrada norte de la ciudad, luego de que fueran expulsados del terreno que ocubaban ilegalmente en un operativo de la Fiscalía General del Estado. Esta obstrucción duró más de cuatro horas, causando un enorme caos vehicular en la ciudad.

El operativo de desalojo fue realizado durante la mañana, en la prolongación de la avenida Satélite con Mercurio, en una parte de la invasión conocida como “2 de Octubre”, expulsando a familias de 140 lotes, equivalente a una manzana. Al lugar llegó la Policía Ministerial, apoyados por un fuerte número de agentes de la Policía Quintana Roo, provenientes desde fuera de Tulum, posiblemente Playa del Carmen o Cancún.

El operativo derivaba de una orden judicial, relacionada a dos carpetas de investigación por despojo de dos predios. Una carpeta tiene número 195/2017 por un predio cerca de supermercado Chedraui, en tanto que el otro tiene número 156/2018, por un predio cercano a la escuela primaria Ford 198.

Después de que las personas se negaran a salir de forma pacífica, los policías comenzaron a ingresar a la fuerza, lo que hizo que los pobladores comenzaran a lanzarle rocas, lo que al parecer dejó a varios agentes golpeados.
Las fuerzas del orden finalmente se impusieron, por lo que los expulsados se organizaron para manifestarse.
Los inconformes por esta acción acudieron en grupo primero el acceso a la Zona Costera (carretera a Boca Paila), en donde colocaron vegetación y neumáticos para impedir el paso hacia esta área turística.

Posteriormente, a eso del mediodía, fueron a hacer lo mismo en el cruce de las avenidas Tulum y Cobá (la intersección entre la carretera 307 y la vía hacia Cobá) para impedir el paso de vehículos , con cordeles y con su propios cuerpos.

Al lugar llegaron autoridades policiacas, incluidos el grupo de antimotines que participó en el desalojo, quienes formaron una barricada humana, a un costado de la vialidad.

Poco a poco. Los uniformados comenzaron a movilizarse en grupo, para colocarse juntos sobre la vialidad. Esto fue respondido por pedradas de los inconformes, las que terminaban en los escudos de los policías.

De esta manera, los agentes fueron ganando terreno, solo conteniendo a la multitud, sin reaccionar, hasta que lograron apoderarse de la intersección, mientras los manifestantes quedaron orillados sobre una banqueta, con lo que lograron reabrir la circulación vehícular, poco más de cuatro horas después que quedara interrumpida.
No hubo lesionados ni detenidos en esta acción. Los invasores avanzaron por la avenida Cobá y se replegaron, internándose por un área verde.

Todavía faltaron otras dos horas para que el flujo vehicular se normalizara, debido al cuadruple embotellamiento que se había provocado, desde Playa del Carmen, desde el centro, desde Yucatán y desde la Zona Costera, al tratarse del principal crucero de la ciudad.

Fuentes en la Fiscalía General del Estado señalan que esta primera manzana, detrás de la escuela Ford 198, es solo la primera parte del desalojo de esta invasión, surgida en 2016.

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